Todavía no se ha popularizado el uso de la impresora 3D y ya existe la impresión en 4D. La cuarta dimensión que se ha introducido es el tiempo. La impresión 4D consiste en que las cosas se fabrican a sí mismas cuando reaccionan ante otro estimulo externo. Se imprimen en 3D materiales que han sido programados para que cambien tamaño, forma o propiedades con el objetivo de cubrir, de manera autónoma y sin intervención humana, una necesidad. Un ejemplo sencillo puede ser una prenda que dependiendo de la temperatura nos abrigue más o menos. O un abrigo que se “convierta” en impermeable si llueve. A estos materiales programados se les llama materiales inteligentes.
Uno de los pioneros en esta área es Skylar Tibbits, antiguo alumno del MIT, que en la propia universidad ha creado el Self-Assembly Lab. Para este investigador la aplicación más enriquecedora de la impresión 4D es la posibilidad de crear piezas que se autoensamblen solas, igual que lo hacen las proteínas o los cromosomas del ADN. Esta técnica traerá nuevas estructuras, nuevos materiales y, por supuesto, nuevas posibilidades de diseño.
¿Qué aplicación práctica puede tener la Impresión 4D en la industria? Dos ejemplos; uno, puede construir estructuras en zonas peligrosas o de difícil acceso como en el espacio. Dos, puede fabricar materiales de construcción que se adapten a distintas situaciones, como unas tuberías que se pueden expandir o contraer para cambiar la capacidad de agua a transportar.
Y es que estamos hablando de crear materiales inteligentes, flexibles, adaptables y programables. En el campo de la medicina esta tecnología puede traer numerosas ventajas, sobre todo en pediatría. Los implantes que se imprimen en 3D son perfectamente válidos para los adultos, pero no para los niños que crecen muy deprisa. Por eso los materiales inteligentes pueden ser una gran solución. De hecho, en 2015 se implantó en 3 bebés una férula impresa que estaba diseñada para crecer con los bebés y desintegrarse cuando se curasen.
Pero no os penséis que la impresión 4D será la última innovación en fabricación. Ya hay quien habla de copiar el principio que tiene la naturaleza para autorreplicarse y llevarlo a la producción. Así podríamos “cultivar” objetos.
Si queréis ver algún ejemplo sobre impresión en 4D, no os perdáis este video de Skylar Tibbits ni la web del Self-Assembly Lab.
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